2024

El Quijote y Cervantes

Yerra quien sostenga que es ridiculizar el idealismo de los caballeros andantes lo que D. Miguel de Cervantes pretende al escribir “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Sencillamente quiso transmitirnos que ese arquetipo y los valores que lo definían parecían haber entrado en desuso (para la forma de entender la vida del autor de El Quijote habían entrado en desuso (por desgracia).

“El Quijote” es una crítica de en lo que se estaba convirtiendo, poco a poco, la sociedad de entonces: en una sociedad sanchopancista (según la óptica de Cervantes: utilitarista, sin idealismos, pragmática) en la que no cabían unos ideales caballerescos de otro tiempo; que, por otra parte, no podían haber sido nunca denostados por un D. Miguel (amante de la milicia) que en su vida demostró ser una especie de Quijote.

El Quijote se había vuelto loco leyendo libros de caballería porque asimiló unos ideales y un modo de vida que chocaban (sobre todo el modo de vida) dramática y traumáticamente con la época en la que le había tocado vivir. El protagonista murió cuerdo cuando volvió a la conciencia de la irreversibilidad de la pragmática época en la que le había tocado vivir y, por unos instantes, se sustrajo al mundo ideal que había hecho suyo y se conformó, por lo irremediable, con la cruda realidad.  

Hay, un poco en la misma línea, quien sostiene que nuestro autor había adherido al humanismo de Erasmo de Rotterdam. El “eramismo” de Cervantes sólo lo puede concebir una mentalidad embebida por el burguesismo propio del mundo moderno. Cervantes era todo lo contrario: seguramente, incluso, un Iniciado en el Conocimiento de Realidades Superiores. Era lo contrario a un humanista: en lugar de colocar lo humano en el centro de la vida el Iniciado (como Hombre de la Tradición que es) sitúa lo que es más que humano (lo Sobrenatural) como centro del existir; sobre la metafísica encerrada en El Quijote es aconsejable leer toda la simbología que encierran sus capítulos. A tal respecto es de gran interés la lectura del nº de la edición de “La Puerta” (Ediciones Obelisco), de 1.990, dedicado a la España del Siglo de Oro, cuyos tres primeros capítulos están consagrados a esta obra magna de Cervantes: “Morir loco y vivir cuerdo” (E. H.), “Dulcinea del Toboso” (C. del Tilo) y “La grande aventura de la cueva de Montesinos” (Juli Peradejordi).

 

Fuente original:  https://septentrionis.wordpress.com/2019/09/15/el-quijote-y-cervantes/

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